Nuestra premisa era buscar tranquilidad, y en esta propiedad lo logramos. Si bien no está en el centro, con el coche, yendo tranquilos, estábamos en 10 minutos, aparte que a la noche cuando volvíamos de nuestras salidas teníamos una panorámica nocturna de Madryn sin igual. La hospitalidad de Ignacio, nuestro anfitrión, fue excepcional